En el mundo hay más del 50 % de las personas que hablan al menos dos lenguas, esta situación no tiene que ver con la globalización, sino que viene de antiguo.
Se han hecho estudios en los que se demuestra que el contexto lingüístico en que nos encontramos puede afectar a nuestras emociones y por tanto a nuestras decisiones.
Mandela al respecto escribió: «Si hablas a un hombre en una lengua que entiende llegas a su cabeza, si le hablas en su lengua, llegas a su corazón».
Freud también hizo referencia a que las personas cuando se encuentran en una situación emocionalmente estresante, cambian a su lengua foránea.
Cuando ponemos a un individuo a leer un texto en varias lenguas que entiende, observamos que la reacción de la amígdala, que es la parte del cerebro muy ligada a las emociones, es menor cuando se lee en lengua extranjera.
Por lo mismo, Platón decía que nuestras decisiones son una combinación de procesos emocionales y analíticos. Es un hecho que nuestra toma de decisiones es una combinación de intuición y de pensamiento analítico.
También hay estudios que demuestran que podemos tomar decisiones más arriesgadas, menos analíticas y más frías cuando se nos pregunta en lengua foránea que en nuestra lengua nativa, en este último caso nos mostramos más cautos. Y esto se refleja tanto en decisiones económicas como en morales.
En base a esto, se han hecho experimentos en los que se preguntaba a los individuos por la posibilidad de salvar de un accidente a varias personas, pero para ello había que poner en peligro a otra persona, el resultado es que, si el estudio se hacía preguntando en lengua materna, había en torno a un 20% de personas que arriesgarían a uno para salvar a varios, mientras que, preguntados en lengua extranjera, serían un 40% de los individuos los tomarían la misma decisión.

Es decir que los juicios morales pueden cambiar según el contexto lingüístico en que nos encontramos.
Lo mismo pasa con la honestidad, que también puede cambiar, pero en este caso al revés, somos menos honestos en lengua nativa que en lengua foránea.
Todos estos aspectos debemos tenerlos en cuenta cuando entramos en discusiones familiares, de amigos, empresariales, etc., el contexto lingüístico es un factor a tener muy en cuenta porque puede afectar a las decisiones que en muchos casos pueden ser definitivas.